Técnicas / Trucos

Día 464

Todos queremos vivir unas determinadas situaciones, alcanzar unas determinadas metas y… En fin, ser felices, que es lo que cuenta. Por eso, a menudo y desde que éramos niños, soñamos con perfecto detalle con esos deseos: nos vemos con una persona a la que amar y por la que ser amado, nos vemos en un trabajo en el que disfrutamos y podemos realizarnos, nos vemos llevando a cabo viajes, o dándonos el gusto de tener este o aquel capricho, etc. Pero entonces, tras ese tiempo invertido en recrearnos con lo que nos gustaría, nos creemos tontos y decidimos volver a la realidad. ¡Craso error! ¿No sabes que ESA es tu realidad? Al menos durante unos momentos, y hasta que tú y sólo tú cambias el rumbo.

Aquí es dónde entra la técnica de la que quiero hablar hoy y que ya hemos tratado de una u otra forma con anterioridad: la técnica del actuar, sentir…»como si».Es muy sencillo: Consiste en comportarse como si se viviera en la manera que realmente se quiere manifestar para la vida, digamos, consciente. Es decir, «como es adentro es afuera». Aprovechando que el subconsciente no distingue lo real de lo que es ficción, se ha de poner en la postura interna y externa de cómo se actuaría en el caso de que X, siendo X aquella realidad que se pretenda para uno, a fin de que haya una coherencia entre lo que se desea y lo que se está sintiendo.

Esta técnica, si bien se puede utilizar en cualquier momento y para cualquier circunstancia, es efectiva llevarla a cabo antes de acostarnos. En estado de somnolencia hay un paso intermedio entre la vigilia y el sueño, perfecto para grabar los mensajes en el subconsciente. Por tal, a la hora de acostar, se habrá de poner en la situación de como si con todo lujo de detalles: visualización, olfato, gusto, audición… Toda característica que se pueda añadir para ver y sentir la situación como real propiciará que no sea un mero vistazo, sino una creación real. Es absolutamente importante sentir la felicidad, el regocijo, el placer que produce el hecho visualizado, será ésta la señal inequívoca de que es parte de uno y que realmente está funcionando.
Esta práctica se puede alargar tanto como se quiera, aunque un mínimo de 10-15 minutos es beneficioso. Se puede prolongar hasta quedar dormido (eso sería lo ideal), o si no dormir plácidamente una vez se ha acometido. Al día siguiente y al otro y al otro…, en la medida de lo posible, se debe continuar actuando y sintiendo esos acontecimientos como si ya fueran parte de uno (porque lo son).

Y tras ello, ¡a tener un fantástico día!

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